Luis Fernandes Barroso, era un ganadero de cincuenta y tres años de la municipalidad de Quixada, en Brasil. El 23 de abril de 1976 sería el día que cambiaría su vida y la de su su esposa Teresina para siempre.
Su historia no es una de las muchas que escuchamos a menudo en relación a contacto alienígena, donde los mensajes de amor y esperanza son la temática principal.
Antes del amanecer de ese 23 de abril, Luis partió hacia su granja ubicada a diez millas, su medio de transporte era un carruaje de dos ruedas empujado por un burro. Era un viaje que Luis hacia a menudo pero esta vez nunca llego a su destino. Unas horas más tarde esa misma mañana, un granjero llamado Yao Francisco lo encontró al costado de la carretera en un estado de completo estupor y el burro que lo acompañaba se encontraba de la misma forma.
Yaho lo llevó a la granja de Luis y después de volver en sí, Luis le contó a su esposa Teresina lo que le había sucedido. Le dijo que un objeto muy grande que descendió del cielo, comenzó a flotar arriba de él. Pudo observar una puerta que se abría en la parte inferior y de allí emanó un rayo de luz caliente que lo golpeó a él y al animal que lo acompañaba. En forma instantánea, se desmayó y no pudo recordar nada más lo que pasó…