En mayo de 1971 en la base militar Santa Lucia en Zumpango, México ocurrió uno de los hechos más sorprendentes de contacto alienígena. Este caso se diferencia a muchos otros porque la cantidad de detalles que la testigo ha compartido acerca de su experiencia.
Dolores Martínez Briones, en aquel momento de15 años, se encontraba en ese momento viviendo con sus padres en una base militar y esa noche debido a que hacía mucho calor, Dolores no podía dormir y se levantó para abrir las ventanas y observar las estrellas. Esa noche había luna llena y había una extraña quietud en la zona. Mientras miraba el cielo, de repente sintió una abrumadora necesidad de mirar hacia un campo cercano a unos 200 metros de distancia.
Allí observó a una nave metálica opaca con forma de cilindro flotando a siete metros del suelo. Después de unos minutos, se abrió una escotilla en la sección inferior de la nave y dos hombres vestidos con trajes blancos salieron y descendieron lentamente al suelo sin notar a Dolores. Pero pronto notaron su presencia y comenzaron a mirarla fijamente.
Con miedo total e incapaz de moverse, Dolores observaba todo desde la ventana mientras los dos hombres se acercaban a varios metros de su ubicación. En ese momento Dolores escuchó un mensaje claro en su mente que decía: “Relájate, venimos en paz, no te pasará nada”. Inmediatamente, la testigo se sintió bien y de alguna manera tuvo la sensación de que conocía a los hombres.
Abrió la puerta, salió y luego siguió a los hombres a su nave después de recibir una invitación telepática. Ella describió a los dos hombres como humanos, de aproximadamente 1,80 m de altura, piel clara, cabello castaño y ojos marrones. Llevaban zapatos de suela gruesa de color blanco. Después de aceptar su invitación, la testigo y los dos hombres llegaron a la nave flotante en forma de cilindro y la escotilla se abrió de nuevo…