En marzo de 1956 el Mayor William Cunningham del comando de misiles de la fuerza aérea norteamericana, estaba acompañado por su asistente el sargento Jonathan Lovette. Se encontraban en White Sands, un campo de pruebas de misiles en Nuevo Mexico, recogiendo escombros de una prueba reciente de cohetes… sin saber que dentro de muy poco, sus mundos cambiarían por completo.
Mientras su búsqueda los alejaba de los sitios de lanzamiento, los dos hombres se alejaron un poco y el sargento Lovette desapareció temporalmente sobre la cresta de una pequeña duna de arena.
A eso de las 3 de las madrugada, el mayor William Cunningham escuchó un grito aterrador de Lovette. Como se encontraban en el desierto, Cunningham pensó que su compañero había sido atacado por una serpiente venenosa o un animal salvaje. Estaba preparado para luchar si fuera necesario.
Corrió rápidamente hacia donde se encontraba Lovette para poder socorrerlo… pero absolutamente nada pudo haberlo preparado para lo que fue testigo…