El Dr. Herbert Hopkins, un médico de 58 años, actuaba como consultor en un supuesto caso de tele-transportación de ovnis en el estado de Maine en 1976.
Una noche, cuando su esposa e hijos habían salido dejándolo solo… sonó el teléfono…y un hombre que se identificó como vicepresidente de la Organización de Investigación OVNI de Nueva Jersey le preguntó si podía visitarlo esa misma noche para discutir ciertos detalles del caso.
El Dr. estuvo de acuerdo y Se dirigió a la puerta trasera para encender la luz para que su visitante pudiera encontrar su camino desde el estacionamiento, pero mientras estaba allí, notó que el hombre ya estaba subiendo los escalones del patio.
La situación lo tomo por sorpresa. El doctor Hopkins no vio ningún automóvil, e incluso si este extraño visitante hubiese tenido uno, no podría haber llegado a su casa tan rápido.
Más tarde Hopkins comentaría que se sentía raro y estaba actuando fuera de lo normal: permitiendo que una persona extraña entrara a su casa mientras estaba solo, a pesar de un historial de delitos en el área. Tampoco le pregunto el nombre a esta persona pero al mismo tiempo lo escuchaba atentamente sin ningún temor.
Su perro reaccionó de manera diferente, cuando el hombre entró, el perro ladró y, se escondió en el armario con el rabo entre las piernas.
El visitante llevaba una camisa blanca y guantes blancos, pero sus pantalones, chaqueta, corbata y zapatos eran todos negros. Cuando se quitó el sombrero, se hizo evidente que le faltaba cabello y cejas. Su pequeña nariz y orejas estaban hundidas, y su rostro era pálido como un cadáver…