El domingo 28 de octubre de 1973, a primera hora de la mañana, el camionero Dionisio Llanca vivió una experiencia que se podría definir como de otro mundo. Dionisio, un hombre tranquilo y de pocas palabras llegó a un hospital de Bahía Blanca, Argentina en un estado de amnesia total. Tres días después cuando recuperó la memoria relató su extraordinaria experiencia – un encuentro nocturno en la ruta H3 con un objeto volador no identificado y seres que hablaban con “chillidos” y que tomaban una muestra de su sangre.
Dionisio Llanca se levantó tarde el sábado 27 de octubre de 1973. Vivía en una modesta cabaña pintada de la calle Chubut, a sólo diez minutos del centro de Bahía Blanca. Almorzó temprano y durmió la siesta porque que tenía que conducir toda la noche.
Se despidió de su tío y se subió a su camioneta cargada con material de construcción para ser entregada a Río Gallegos, un viaje que duraría dos días. Descubrió que una de las llantas traseras estaba baja y a pesar de que tenía la intención de cambiarla, decidió irse de todas formas. Cuando salió de la casa eran las 12:30 de la madrugada. En el transcurso del viaje se dio cuenta que no tenia otra alternativa que cambiar ese neumático que había observado antes de salir de su casa.
Dionisio lamentó no haberlo cambiado en la estación de servicio ya que el lugar era muy oscuro y desolado. Cuando comenzó a cambiarlo de repente, la carretera se iluminó con una intensa luz amarilla que parecía estar a unos 2.000 metros de distancia. Por el color, Dionisio pensó que podrían ser los faros de un Peugeot y siguió cambiando el neumático. Pasaron unos segundos y la luz se volvió tan brillante que iluminó toda la zona…